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"un agujero negro de la red". Todavía el día a día no está "red-hificado" es mono-aural

enero 22, 2008

EL OTRO

En el primero de sus largos miles
De hexámetros de bronce invoca el griego
A la ardua musa o a un arcano fuego
Para cantar la cólera de Aquiles.
Sabía que otro –un Dios- es el que hiere
De brusca luz nuestra labor oscura;
Siglos después diría la Escritura
Que el Espíritu sopla donde quiere.
La cabal herramienta a su elegido
Da el despiadado dios que no se nombra:
A Milton las paredes de la sombra,
El destierro a Cervantes y el olvido.
Suyo es lo que perdura en la memoria
Del tiempo secular. Nuestra la escoria.
Jorge Luis Borges. en «El otro, el mismo(1964)»

Charlando (twitteando) con Karpicius, un excelente profesor y persona y echándome una manilla emocional; se me ha ocurrido este título de post que comienzo a desarrollar …gira en torno al post de antesdeayer en el que hablé por la red con la conferencia de David Delgado, a propósito de definir la identidad del blogger.Pero también con el post de ayer sobre la ipseidad y un servicio de avatares en la red.

La ipseidad según el diccionario de la RAE es un sinónimo de la mismidad. Y la define así:

mismidad.

1. f. Fil. Condición de ser uno mismo.

2. f. Fil. Aquello por lo cual se es uno mismo.

3. f. Fil. Identidad personal.

Pero no todo el mundo lo ve tan claro como la RAE en la identificación entre mismidad e ipseidad. Un ejemplo del artículo titulado: ¿Por qué «No matarás»? Dialéctica entre identidad y acción ético-política de María Belén Tell nos dice:

«El filósofo Paul Ricoeur aporta, en sus reflexiones antropológicas, un nuevo modo de comprender la identidad humana a saber: la hermenéutica del sí o atestación de la ipseidad del sí.

Dicha hermenéutica muestra que la persona se presenta como un «mixto» y contraste entre dos tipos de permanencia en el tiempo: por un lado el carácter o mismidad, y por otro el mantenimiento de sí en la fidelidad a la palabra dada o ipseidad. El núcleo que obra de nexo entre ambos polos es la narración o la unidad de una vida en el relato.

El concepto de mismidad, como relación, se asocia a la identidad numérica en tanto unicidad, y a la identidad cualitativa en tanto semejanza. El carácter se define como aquellos signos distintivos que permiten identificar una y otra vez a un agente como el mismo, en una continuidad ininterrumpida en el tiempo.»

Pero Ricoeur considera que Parfit incurre en un profundo error gramatical: confundir, al igual que Locke, la ipseidad con la mismidad. Y dirán ustedes ¿qué tiene que ver con el e-learning y la red en la que andamos en-madejados todos estos abstrusos conceptos filo-sóficos?.

Pues incidamos en ello. Del artículo titulado «Identidad y existencia. Un anecdotario (no exhaustivo) de convergencias y disidencias occidentales en torno al humanismo» de Luis Quiles Pando, extraigo la siguiente cita. Si ya sé, que es muy larga, y que medio mundo que habla de e-learning, sólo le interesa escuchar novedades de herramientas…pues este, ya se habrá dado cuenta, no es su blog. A lo que iba, la cita (las negritas son mías):

La tecnología del yo es un ars vivendi: concreta qué operaciones debe ejecutar el individuo sobre su cuerpo y su alma para alcanzar dicho estado de perfección (felicidad, pureza, sabiduría, etc.). Todo proceso de humanización, subjetivación o cuidado de sí, acontece, por tanto, de manera coactiva y heterodirigida. De este modo, Foucault concibe la historia de la civilización (humanización) occidental a partir del error gramatical que Ricoeur atribuía a Parfit: la reducción de la ipseidad (condición humana, personeidad) a un patrón particular de mismidad (modo de conducta, personalidad). La historia de Occidente es, por consiguiente, la historia de un continuo sucederse de etnocentrismos, o, como suscribiría Derrida, la continua marcación de la alteridad o la diferencia como in-humanidad (locura, según Michael Foucault).

La tecnología del yo de la Grecia Clásica es la paideia; una pedagogía destinada a convertir a los infantes en adultos, instruyéndoles en las prácticas necesarias para obrar como buenos ciudadanos. El ideal griego de humanidad es el ciudadano varón, y su antítesis es el esclavo, porque la cualidad distintiva del civis es la libertad. El ciudadano es libre porque es dueño de sí. Autodominio significa aquí autodisciplina, capacidad para diseñar racionalmente un modelo administrativo y filtrar los usos de la mismidad a través de él mismo: «Fíjate ya, desde ahora, un carácter y un ideal de conducta, al cual te mantendrás firme ante ti mismo y cuando te halles entre los demás hombres» [9]. La verdadera felicidad, aquella a la que aspira el sabio, es la serenidad del alma (ataraxia), fruto de la vida prudente (phrónesis): saber qué nos es posible y quererlo, saber qué nos es imposible y no quererlo, y saber qué nos es necesario y resignarnos ante ello. La meditación racional (meleté) es la práctica por la que el hombre dilucida estas certezas: suspender el advenimiento del mundo, retrotraerse a la ciudadela interna y hablar con uno mismo hasta convencerse juiciosamente de lo que hay que hacer [10].

Uff, cada día me salen más largos estos posts …!!! así que continuaremos… en una segunda parte…

Fuente: [varias]